Forbes México.
El Congreso de la Unión y la disputa por Morena
La lucha por el control de Morena ha tenido consecuencias en diversos espacios de decisión pública, tanto en el congreso, como en el ejecutivo, en distintas dimensiones. Es previsible que, a lo largo de las siguientes semanas, estaremos viendo episodios adicionales de esta confrontación que amenaza con un resultado donde el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador pueda perder el control de la organización que fundó, hizo partido y fue su base para ganar la presidencia.
La amenaza que hizo el presidente sobre su posible salida de Morena es síntoma de que no se siente en control de los espacios de decisión dentro del partido. La disputa por la presidencia del senado al interior de la fracción parlamentaria concluyó con un acuerdo donde el partido le dio la razón a Martí Batres, pero le dejó la presidencia a Monreal, consolidando la fuerza de un grupo que, como se ha demostrado parcialmente, puede ser un dique para el control del presidente sobre el Senado, pero que también puede extenderse al partido mismo.
La derrota de Batres es también la de la dirigencia formal de Morena, pero refleja una configuración de fuerzas nueva, en torno a la cual se ha planteado un polo de poder que disputa el control al presidente y el grupo que le ayudó a la construcción de Morena. Los cañonazos a los senadores no son de dinero, sino de una expectativa construida a partir de una nueva alianza que busca el control del partido.
La disputa por Morena alcanzó también a la Cámara de Diputados, aunque se expresa de una manera distinta, pero también se perfila en el contexto de la lucha por la dirigencia. Si bien Mario Delgado parece tener el camino libre hacia la presidencia de Morena, desplazando a las estructuras originales de Batres y Polevnsky, busca tener mayor capacidad para asumir el control a partir del fortalecimiento de su posición con los diputados de su partido.
El hecho de que el presidente haya tenido que intervenir por segunda ocasión, pidiendo a sus diputados que no violaran la ley evitando la designación de un o una panista al frente de la Cámara de Diputados, deja ver una operación que va más allá de su control. A pesar de ello, la capacidad de fuerza demostrada por Delgado, modificando la ley que les obliga a rotar la presidencia de la cámara, aunque entraría en vigor hasta la siguiente legislatura, pero también prácticamente decidiendo a qué panista le cederían la presidencia, le permite posicionarse como otro polo de poder, ahora aliado de Monreal, pero con un espacio de maniobra propio, incluyendo aquel con respecto al presidente López Obrador.
Tanto Monreal como Delgado se unieron a Morena una vez que se había consolidado como organización y partido, al igual que muchos otros grupos y dirigentes que les apoyan, lo que deja ver que aquellos que iniciaron a dicho partido, no únicamente perdieron control rápidamente del mismo, sino que la alianza que lo controlará en el futuro implica una exclusión sistemática de dichos grupos de los espacios de decisión relevantes.
Esta disputa no concluirá con la elección de la nueva dirigencia de Morena, pues lo que está detrás de ella, es la configuración de las y los candidatos para renovar a la Cámara de Diputados en 2021, además de las gubernaturas, congresos y ayuntamientos que se elegirán en prácticamente todo el país, por lo que el año 2020 es fundamental para ello.
Más allá de este escenario, la posición del presidente refleja una preocupación fundada, en el sentido de que la pérdida de control de dichos espacios de decisión pueda implicar también la creación de un espacio de oposición que no se ha podido articular fuera de Morena, pero que puede ser mucho más funcional para aquellos grupos que buscan generar contrapesos al presidente.
Contacto:
Twitter: @aglopezm
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
El Congreso de la Unión y la disputa por Morena
Gustavo López Montiel
English 
Spanish