Mercedes-Benz GLC 300: imaginar el camino, conducir el sueño

Forbes México.
Mercedes-Benz GLC 300: imaginar el camino, conducir el sueño

Cuando hablamos de autos de lujo solemos expresar también un sinfín de posibilidades que trascienden las mejores prestaciones automotrices pertenecientes a las marcas líderes del mundo, de tal manera que un auto no sólo es un medio de transporte más, sino también esa síntesis de máximo desempeño, comodidad y diseño, férreo reflejo de nuestro carácter, fortaleza y proyección de a dónde queremos llegar.

En este sentido, Mercedes-Benz se ha posicionado de forma indiscutible como el puntero contemporáneo más completo en cuanto a la expansión total de la idea de un auto todoterreno se refiere, atacando todas y cada una de las necesidades, mientras se empata con la personalidad de su conductor, superando el mundo visto a bordo del volante de forma única.

Es así como la llegada de la más reciente versión de GLC 300, tanto en su versión SUV como la presentación Coupé, potencian el máximo disfrute de nuestro estilo de vida, albergando y dinamizando la idea del movimiento y el control del mismo en todo momento, como un signo indiscutible de nuestro mundo, tal y como lo queremos ver.

SUV o Coupé: La elección de la nueva GLC 300

Desde todas sus aristas, la GLC 300 de Mercedes-Benz encarna el sincretismo máximo entre diseño inteligente, mecánica superior, tecnología de vanguardia y confort expansivo, personificando uno de los imprescindibles de la modernidad, icónico y a la altura del más exigente de los conductores, ese que busca la perfección hasta en el detalle más minúsculo e impensable.

De esta manera, todas las sutilezas y soluciones de la GLC 300 son a su vez la oportunidad de mover al mundo desde la perfección. Y esto es comprobable desde ese primer acercamiento físico, la vista, a través del cual constatamos la clase y la elegancia en ambas líneas de equipamiento, gracias a su imponente diseño cromado y atractivas llantas de aleación. Asimismo, los embellecedores cromados de la salida de escape enfatizan el dinamismo del vehículo, tanto en la GLC 300 4MATIC Off Road, como en la GLC 300 4MATIC Sport, ostentando el dominio indiscutible de esta SUV.




Aventurero, trascendente de cualquier terreno que se le presente y eficiente al máximo, la singularidad y excepcionalidad de manejo es el constante de la GLC 300, ¿por qué? Muy sencillo: la experiencia de un rodaje adaptativo, el sistema de suspensión DYNAMIC BODY CONTROL con suspensión mecánica y amortiguadores regulables para una excelente estabilidad de marcha, así como la práctica tracción integral 4MATIC, hacen una mancuerna exacta con sus motores cuatro cilindros de nueva generación, que brindan el máximo con el mínimo de consumo, gracias a su estructura compacta y especialmente ligera, con las mínimas pérdidas por fricción posibles, despertando esa armonía sinfónica de manejo gracias a la disminución de los ruidos y las vibraciones del motor. En pocas palabras: suavidad de marcha.

A su vez, la modernidad nunca había habitado en sintonía con un auto de forma tan congruente, atendiendo el mood del terreno, la circunstancia y la intención de forma antes impensable. Esto gracias al moderno sistema DYNAMIC SELECT en su consola central, que le permite conmutar entre cinco programas de conducción, desde confort, sport hasta la configuración individual, regulando a modo el comportamiento del vehículo con solo accionar un botón.

En el pasado, un conductor elegía el auto que más se acercaba a sus necesidades, intenciones y gustos. Hoy, con el refinamiento y perfección de la GLC 300 de Mercedes-Benz, tanto en su modalidad SUV como Coupé, esto queda superado, con un vehículo inteligente que no sólo se adapta y sugiere el máximo nivel de respuesta a los terrenos, exigencias y deseos del conductor y sus pasajeros, sino que potencia la seguridad, tecnología, diseño e innovación, en función de un estilo de vida único, siempre nuestro, dispuesto a mover el mundo tal y como soñamos recorrerlo, por medio del auto perfecto.

Mercedes-Benz GLC 300: imaginar el camino, conducir el sueño
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