Forbes México.
¿Podrá Costa Rica hacer atractivo el uso de la bicicleta?
Esta nota se publica originalmente en nuestra publicación hermana: Forbes Centroamérica, te invitamos a leerla: forbescentroamerica.com
Costa Rica tiene una reputación internacional como paraíso ecológico. El país alberga a más de 500.000 especies de plantas y animales. De este modo, ofrece a los turistas la oportunidad de ver tapires, perezosos y ranas verdes de ojos rojos, entre otras especies. Se podrían pasar semanas recorriendo los 28 parques nacionales del país, que cubren alrededor de una cuarta parte del territorio nacional.
Asimismo, Costa Rica es pionera en energías renovables, obteniendo el 98 por ciento de su electricidad de energía hidroeléctrica, biomasa, geotérmica, eólica y solar.
Sin embargo, el país tiene la segunda huella de CO2 más alta de América Central. Esto se debe a la alta densidad de automóviles: 231 por cada 1,000 habitantes. Esa cifra podría ser razonable en comparación con los 561 coches alemanes por cada 1,000 personas, o los 756 de los Estados Unidos. Pero es una tasa más alta que en cualquier otro país de América Latina, exceptuando a México y Argentina. Además, el transporte representa el 60% de las emisiones de CO2 de Costa Rica.
Así, la capital del país, San José, se está ahogando por los atascos de tráfico. Puede llevar horas recorrer unos pocos kilómetros en coche.
Esto a su vez empeora la calidad del aire, a la que el gobierno culpa del aumento de las enfermedades oculares y cutáneas, así como de enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis y la hipertensión pulmonar.
Impulsando el uso de la bicicleta
El gobierno planea limpiar el aire de Costa Rica y hacer que el país tenga una huella de carbono cero para el año 2050. Una manera de lograr ambas cosas es animar a los costarricenses a que usen la bicicleta en sus desplazamientos.
La nueva legislación aprobada por el Parlamento y que entrará en vigor este año, otorgará a las empresas exenciones fiscales si construyen aparcamientos para bicicletas y compran esos vehículos para sus empleados. Asimismo, obligará a los municipios a construir carriles para bicis en todas las carreteras nuevas.
Al mismo tiempo, la seguridad vial para ciclistas será declarada de interés nacional, y el gobierno llevará a cabo campañas de información para concientizar a los conductores de automóviles acerca de los que andan sobre dos ruedas.
“Queremos cambiar radicalmente la visión de nuestro pueblo sobre el transporte”, dice Carolina Hidalgo Herrera, presidenta del Congreso del Partido Acción Ciudadana, de centro-izquierda en el poder.
“El coche privado ha sido hasta ahora uno de los principales medios de transporte”, añade. “Hemos seguido construyendo nuevas carreteras en los últimos 30 años en lugar de replantearnos el sistema para adaptarlo mejor a las necesidades de los peatones y los ciclistas”, explica.
¿Puede el ciclismo despojarse de su mala imagen?
Hidalgo Herrera se desplaza en bicicleta para ir a trabajar desde hace años. Cree que uno de los mayores desafíos es cambiar la imagen de la bicicleta.
“Cuando llegué por primera vez al trabajo en bici, mis colegas me preguntaron si tenía problemas económicos, si por ese motivo no podía llevar el coche”, dice. “Los ciclistas todavía tienen la imagen de ser pobres”, explica.
Por eso quiere que los embajadores de la bicicleta mejoren la imagen del ciclismo. Gente como Erick Solís, que lleva 15 años andando en bicicleta por todas partes, y es miembro de Ciclistas Urbanos Costa Rica.
“Por primera vez, tenemos verdaderos aliados en el gobierno”, cuenta Solís. “Y la presión internacional está aumentando para reducir nuestra huella de CO2. La gente por fin ha entendido que necesitamos actuar con urgencia”. No obstante, el ciclista se mantiene cauteloso, al menos de momento.
“Hay mucha burocracia y a veces falta de voluntad política en Costa Rica. Pueden pasar años antes de que se implementen los planes”, lamenta. “Algunas leyes aprobadas en los 90 no han entrado en vigor todavía”, añade.
Más allá de la bicicleta
Pero aunque el gobierno tome medidas y los costarricenses descubran su amor por la bicicleta, no será suficiente para solucionar el problema de CO2 del país, según Leonardo Merino, que escribe sobre transporte para el Estado de la Nación, un informe independiente anual sobre las políticas sociales, económicas, ambientales y políticas de Costa Rica.
“Muchos costarricenses viven demasiado lejos del centro para ir a trabajar en bici”, dice, y añade que en los últimos 30 años San José ha crecido en anchura y no en altura. “Por eso es importante crear más empleo en la periferia”, explica.
Para las personas que viven en las afueras de la ciudad, el transporte público sería la única alternativa al coche privado. Pero eso a menudo “no es una alternativa, porque son ineficientes e inseguros”, explica Merino. “Además, los autobuses y los trenes son uno de los principales contaminantes del país”, añade.
El gobierno admite que conseguir que el transporte público sea más limpio y eficiente, por ejemplo aumentando el número de autobuses eléctricos, debe ser parte de su estrategia hacia la neutralidad de carbono.
Pero eso puede llevar algún tiempo. El servicio de autobuses se contrata a empresas privadas, y las condiciones en las que operan solo se negocian cada seis años.
Este texto se publicó originalmente en DW. Puedes consultar el original haciendo click aquí.
¿Podrá Costa Rica hacer atractivo el uso de la bicicleta?
Forbes Centroamérica